PRÓLOGO a CUENTOS COMPLETOS
Editorial Arca
1. RENOVACIÓN Y TRADICIONALISMO
Hacia 1920,
tras la primera guerra mundial, y cuando ya el modernismo literario había
agotado sus posibilidades creadoras, se inició en el Uruguay, sincrónicamente
con todo el resto de América, un movimiento cultural cuyo signo saliente era la
concentración sobre lo nacional, pero con un afán de innovación que obligaba a abandonar los modos ya usados para enfrentar la realidad.
Esquemáticamente,
renovación y tradicionalismo son los términos, en apariencia antagónicos, en que
se concentran las aspiraciones creadoras de esos años. Es la hora de la vanguardia
y un reencuentro con la tierra, con un sentido y sentimiento telúrico de la
vida, con los motivos tradicionales criollos: lo nativo – el indio y el gaucho-; el paisaje nativo de ríos, cuchillas y quebradas.
La guitarra
es el instrumento musical donde es posible hallar el mejor eco de las íntimas
armonías. Se descubre el valor estético del rancho. Se buscan aquellas raíces que son capaces de crear una conciencia colectiva y nacional.
En pintura,
el movimiento estético de que se trata halló su más alta expresión en la obra
de Pedro Figari y José Cúneo, con sus gauchos y candombes el primero y sus
lunas el segundo; en música fue canalizado, entre otros, por Eduardo Fabini y
Luis Cluzeau Mortet; en poesía produce la eclosión del nativismo poético de
Fernán Silva Valdés y del gauchismo cósmico de Pedro Leandro Ipuche.
En
narrativa, el movimiento halla expresión a través de un conjunto amplio de
autores, todos con una personalidad bien
definida y diferenciada, pero que comparten es a experiencia de renovación y tradicionalismo.
Considerada
en su conjunto, la creación narrativa de
Francisco Espínola puede concebirse como formada por tres círculos
concéntricos, cada uno con su motivación y temperatura propias, pero comunicados
entre sí de manera que el primero se amplía en el segundo y el segundo en el
tercero. El conjunto es un todo unitario,
más allá de las diferencias perceptibles.
2. PRIMITIVISMO CON SIGNO TRAGICO
El primero
de estos tres círculos se integra con los cuentos de Raza ciega (ciega ¿porque
aún se ignora a sí misma o porque representa al hombre trágico encandilado por
el resplandor de una bárbara fatalidad enceguecedora?), con excepción del cuento Lo inefable, que difiere notablemente de los otros ocho, en lo que
se refiere a ambiente, tema y personajes, y que según me manifestó el propio
Espínola en alguna oportunidad, no estaba inicialmente destinado a formar parte
del libro.
Los
personajes de este primer círculo o mundo narrativo son seres rudos; por
momentos, casi bárbaros, pero complejos y hondos, pues el narrador introducir en ellos problemas de carácter
ético. Espínola hace sentir que esos impulsos de carácter moral surgen del
fondo del alma de sus personajes no como consecuencia de una deliberación
reflexiva sino con la espontánea impetuosidad de fuerzas naturales.
Son almas
primitivas, pero de dimensión trágica
porque en el fondo de esos personajes batallan fuerzas antagónicas.
El
hombre pálido, puede ejemplificar estas afirmaciones, ya que el protagonista,
en efecto, vive una de esas situaciones en que el Bien y el Mal se hallan
entrelazados de tal forma le hacen sentir impulsos contradictorios: para hacer el Bien (evitar que Elvira y su
madre sean asesinadas y posiblemente violada la primera), debe incurrir en el
Mal, o matar al negro que hasta entonces ha sido su amigo y cómplice. De
ahí que "El hombre pálido" sea un cuento paradigmáticamente
representativo de los cuentos espinolianos de dimensión trágica.
En esta
narrativa, lo trágico consiste en verse obligado a optar inexorablemente por
una de dos opciones igualmente negativas y es esa la situación en que se encuentra
el protagonista del cuento. No existe
una tercera posibilidad.
3. UN MUNDO
FRONTERIZO DE SIGNO EXISTENCIAL
El segundo
círculo está formado por "Lo inefable" (1926), "El rapto"
(1926), “Los cinco" (1933), " ¡Qué lástima!" (1936),
"Rancho en la noche "(1936), "Las ratas" (1936), cuentos, y
la novela Sombras sobre la tierra (1933).
Los
protagonistas de este segundo grupo son seres radicados en el pueblo o sus
suburbios. Sicológicamente pueden ser definidos (salvo algunas pocas
excepciones, como el Juan Carlos de Sombras sobre la tierra) como seres
fronterizos entre el mundo de la naturaleza y el de la civilización.
Son seres
contaminados —sin darle sentido peyorativo a este término-de cultura con
conciencia reflexiva. Todos, en mayor o menor grado, bucean en lo hondo de sí
mismos, buscándole un sentido a la vida, sin hallarlo.
Esta
oscilación entre mundo real y ensoñación de un mundo mejor, genera en todos
algún modo de la angustia existencial, bien visible en la novela.
4. LO
POPULAR TRADICIONAL POETIZADO
Entre esos
cuatro textos hay perceptibles diferencias que provienen de la distinta
densidad con que en cada uno se utiliza la materia tradicional que lo compone,
de la diferente manera de tratarla y, especialmente, de la diversidad de los
recursos de desrealización poetizadora empleados en su elaboración.
En cuanto a
"Rodríguez", (que, a pesar de su brevedad, debe estimarse
como una de las obras maestras de la narrativa uruguaya) es una sorprendente,
por lo natural, alianza del mundo real y sobrenatural.
Como en
algunos cuentos populares, ambos planos se fusionan sin solución de
continuidad, creando un clima poético en cuya elaboración son factores
esenciales el humor y la gracia.
PRESENTACIÓN DEL AUTOR: http://aulico.files.wordpress.com/2008/10/sobre-francisco-paco-espinola.pdf
CUENTO RODRÍGUEZ: http://aulico.files.wordpress.com/2008/10/rodriguez.pdf
Aquí les dejo una adaptación en Historieta del cuento Rodríguez del escritor uruguayo Francisco Espínola, realizada por Fermín Hontou y Carlos Di Lorenzo, y publicada en abril de 1982 en la Revista El Dedo
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