Las Leyendas son narraciones breves a las que su autor, mezclando elementos reales con situaciones imaginarias, traslada sus ilusiones y sus desengaños, su visión romántica del amor y de la creación artística. Esto se puede apreciar en una serie de características que podemos considerar comunes a los distintos relatos:
· Espacio: Bécquer prefiere las ciudades antiguas (Soria, Toledo, Sevilla), los viejos castillos, templos y monasterios, las ruinas abandonadas, lugares propicios para la imaginación o el misterio.
· Tiempo: En casi todas las Leyendas el hecho culminante ocurre de noche. La época es siempre el pasado, preferentemente la Edad Media. Así ocurre por ejemplo en El rayo de luna, El Monte de las Ánimas, Los ojos verdes o La corza blanca. Las más cercanas en el tiempo son El Miserere, cuya acción principal se desarrolla en el siglo XIX, y El beso, que se sitúa durante la ocupación francesa en la guerra de la Independencia.
· Personajes: Los protagonistas de las Leyendas son casi siempre jóvenes enamorados impulsivos e imprudentes, y damas hermosas pero perversas. Un ejemplo de personaje masculino puede ser el Fernando de Los ojos verdes, que termina arrastrado a la muerte por su propia pasión. Beatriz, la protagonista de El Monte de las Ánimas, es un ejemplo de esa mujer de belleza ideal pero que acarrea la desgracia de su enamorado.
· Elementos fantásticos: en todas las Leyendas hay un momento culminante en el que ocurre un prodigio, un hecho maravilloso que rompe la normalidad. En ocasiones este prodigio tiene un carácter sagrado, como en El Miserere o en Maese Pérez el organista; otras, se basa en creencias populares o supersticiones: lagos encantados (en Los ojos verdes), muertos vivientes (en El Monte de las Ánimas, o El Miserere), etc. En todos los casos el protagonista es el misterio, la confusa frontera entre la realidad y la imaginación.
· Los desenlaces son siempre trágicos, consecuencia de una conducta imprudente o de haber transgredido una prohibición. Así, Manrique, el protagonista de El rayo de luna, pierde el juicio víctima de su propia obsesión por un amor ideal; o el capitán francés de El beso muere por atreverse a profanar un lugar sagrado, lo mismo que les ocurre a Beatriz y Alonso en El Monte de las Ánimas, etc.
Más características:
Puede apoyarse en acontecimientos históricos o
sobrenaturales.
La palabra leyenda tiene su origen en legendae (lecturas).
Las vidas de personas famosas, en muchos casos, de santos,
eran el enfoque de estas lecturas.
Desde tiempos remotos, lo maravilloso llamó la atención del
pueblo y por eso se incorporó al género.
Las leyendas suelen ser tradicionales.
Se creía que debían su formación a un esfuerzo colectivo pero
luego se descubrió que las leyendas, en su principio, fueron compuestas por un
individuo.
El autor suele ser anónimo.
Las motivaciones más repetidas son ésas relacionadas con la
noche, lagos, lagunas, o sea, entidades que en sí despiertan la
imaginación.
Temas
En las Leyendas se plasman los grandes temas de Bécquer: la lucha entre el ideal y la realidad, que se refleja en el tema del amor imposible (El rayo de luna, Los ojos verdes...) y en el tema de la creación artística, que aparece en Maese Pérez el organista y en El Miserere.
El amor, fuerza motriz del universo, energía cósmica y móvil de la acción, que desencadena el desenlace, es el tema principal en la mayoría de las leyendas. En alguna, la intensidad subyugadora del amor se convierte en el motivo de la trasgresión, impulsada por la fuerza irresistible del amor, cuyo castigo es la muerte o la locura de los protagonista, que están destinados a sufrir un final trágico o a veces, cómico grotesco (El Cristo de la calavera), o bien como un elemento protector frente a los peligros exteriores (La promesa) En otras, cuando el amor se mezcla con la religión, adquiere capacidad regeneradora y sirve de redención.
La búsqueda del ideal, búsqueda de la belleza inaprensible, de la emoción poética intuida, de la forma anhelada. Después, la realidad se encargará de desnudar la fantasía de la imaginación. La búsqueda del ideal se vincula externamente con la belleza femenina, bajo cuya forma y figura subyace un impulso de índole estética (Los ojos verdes, El rayo de Luna). A veces, el ideal cristaliza en un logro artístico (Maese Pérez el organista); pero en otras, queda de manifiesta la imposibilidad de plasmar en lenguaje concreto la emoción y la intuición estética.
La mujer aparece en muchas leyendas como referente de belleza –ideal estético- , como símbolo soñado de la perfección artística (Los ojos verdes, El rayo de luna). La mujer se manifiesta como algo incorpóreo y perfecto, que sólo puede rozarse con las alas del sueño. Cuando la mujer aparece como algo diabólico, está definida con rasgos negativos: capricho, frivolidad, coquetería; inductora de las transgresiones (El monte de las ánimas). Aunque goza de hermosura, la mujer carece de rasgos concretos.
El misterio y lo sobrenatural aparece en muchas leyendas. El miedo llega en algunas a lo terrorífico (El monte de las ánimas). En El monte de las ánimas, la repetición de ciertos elementos acústicos va configurando un clima gradualmente dominado por el terror.
La búsqueda del ideal, búsqueda de la belleza inaprensible, de la emoción poética intuida, de la forma anhelada. Después, la realidad se encargará de desnudar la fantasía de la imaginación. La búsqueda del ideal se vincula externamente con la belleza femenina, bajo cuya forma y figura subyace un impulso de índole estética (Los ojos verdes, El rayo de Luna). A veces, el ideal cristaliza en un logro artístico (Maese Pérez el organista); pero en otras, queda de manifiesta la imposibilidad de plasmar en lenguaje concreto la emoción y la intuición estética.
La mujer aparece en muchas leyendas como referente de belleza –ideal estético- , como símbolo soñado de la perfección artística (Los ojos verdes, El rayo de luna). La mujer se manifiesta como algo incorpóreo y perfecto, que sólo puede rozarse con las alas del sueño. Cuando la mujer aparece como algo diabólico, está definida con rasgos negativos: capricho, frivolidad, coquetería; inductora de las transgresiones (El monte de las ánimas). Aunque goza de hermosura, la mujer carece de rasgos concretos.
El misterio y lo sobrenatural aparece en muchas leyendas. El miedo llega en algunas a lo terrorífico (El monte de las ánimas). En El monte de las ánimas, la repetición de ciertos elementos acústicos va configurando un clima gradualmente dominado por el terror.
Estructuras de las leyendas
Las Leyendas se organizan en tres tipos de estructuras:
a) tentación-pecado-castigo
b) estructura de anticipaciones.
c) actualización de contenidos.
a) La tentación se centra en la mujer, que ofrece la recompensa de su amor para satisfacer un capricho o una veleidad. El pecado o la transgresión se concreta en la consecución del objeto del deseo o en el propio objeto en sí.: banda, guantes… (El monte de las ánimas) El castigo presenta diversos grados o formulaciones: locura, vergüenza, muerte.
b) En la estructura de anticipación, un narrador en tercera persona – el propio autor u otro narrador-, al principio de su intervención, nos anticipa un acontecimiento histórico- legendario que tiene que ver con el tema central del relato, mezclándose elementos ambientales y sobrenaturales. Bécquer prenuncia el tema narrativo principal, las claves de un contenido que más tarde se desarrollará con mayor amplitud. (El miserere).
c) En la actualización de contenidos, a cada momento del eje temporal, le corresponde un contenido narrativo distinto. La progresión narrativa viene marcada por las actualizaciones de contenidos. Los intervalos temporales varían en cada relato. El tiempo es crucial protagonista y eje vertebrador de los contenidos relatados (Maese Pérez el organista).
Las Leyendas se organizan en tres tipos de estructuras:
a) tentación-pecado-castigo
b) estructura de anticipaciones.
c) actualización de contenidos.
a) La tentación se centra en la mujer, que ofrece la recompensa de su amor para satisfacer un capricho o una veleidad. El pecado o la transgresión se concreta en la consecución del objeto del deseo o en el propio objeto en sí.: banda, guantes… (El monte de las ánimas) El castigo presenta diversos grados o formulaciones: locura, vergüenza, muerte.
b) En la estructura de anticipación, un narrador en tercera persona – el propio autor u otro narrador-, al principio de su intervención, nos anticipa un acontecimiento histórico- legendario que tiene que ver con el tema central del relato, mezclándose elementos ambientales y sobrenaturales. Bécquer prenuncia el tema narrativo principal, las claves de un contenido que más tarde se desarrollará con mayor amplitud. (El miserere).
c) En la actualización de contenidos, a cada momento del eje temporal, le corresponde un contenido narrativo distinto. La progresión narrativa viene marcada por las actualizaciones de contenidos. Los intervalos temporales varían en cada relato. El tiempo es crucial protagonista y eje vertebrador de los contenidos relatados (Maese Pérez el organista).
Técnica narrativa y estilo
Las Leyendas van encabezadas con prólogos de ficción en los que Bécquer manifiesta que actúa como simple transmisor de informaciones orales, simple cronistas de historias oídas (Narrador omnisciente, narrador-historiador) Estos prólogos atraen la atención del lector y dan verosimilitud legendaria al relato.
En algunas leyendas, el autor incluye un apéndice final, que pretenden atar algunos cabos sueltos y explicar contenidos externos al relato.
Abundan escenas narrativas que se acercan a la narración cinematográfica, de ritmo ligero y de brillante colorido. También son frecuentes diálogos y monólogos escenificados (escenas teatrales).
Los episodios narrativos y descriptivos están referidos a algún determinado momento del día o de la noche, preferentemente la medianoche y el crepúsculo. Son también importantes los matices cromáticos y plásticos del alba y del atardecer. La medianoche representa lo mágico. La noche corresponde simbólicamente al dominio del mal; en cambio, en el atardecer y en el alba se origina lo maravilloso.
El lenguaje que utiliza Bécquer es plástico y musical (sustantivos y adjetivos que aluden al mundo sensorial: oído, vista, olfato, tacto). Como recursos literarios utiliza los tropos. Metáforas, comparaciones, metonimias, elipsis. También utiliza prosopopeyas, aliteraciones y onomatopeyas para reproducir los sonidos en las descripciones sensoriales.
Las Leyendas van encabezadas con prólogos de ficción en los que Bécquer manifiesta que actúa como simple transmisor de informaciones orales, simple cronistas de historias oídas (Narrador omnisciente, narrador-historiador) Estos prólogos atraen la atención del lector y dan verosimilitud legendaria al relato.
En algunas leyendas, el autor incluye un apéndice final, que pretenden atar algunos cabos sueltos y explicar contenidos externos al relato.
Abundan escenas narrativas que se acercan a la narración cinematográfica, de ritmo ligero y de brillante colorido. También son frecuentes diálogos y monólogos escenificados (escenas teatrales).
Los episodios narrativos y descriptivos están referidos a algún determinado momento del día o de la noche, preferentemente la medianoche y el crepúsculo. Son también importantes los matices cromáticos y plásticos del alba y del atardecer. La medianoche representa lo mágico. La noche corresponde simbólicamente al dominio del mal; en cambio, en el atardecer y en el alba se origina lo maravilloso.
El lenguaje que utiliza Bécquer es plástico y musical (sustantivos y adjetivos que aluden al mundo sensorial: oído, vista, olfato, tacto). Como recursos literarios utiliza los tropos. Metáforas, comparaciones, metonimias, elipsis. También utiliza prosopopeyas, aliteraciones y onomatopeyas para reproducir los sonidos en las descripciones sensoriales.
Pautas para la lectura y el análisis de las Leyendas de Bécquer
1. Analizar en cada Leyenda:
1.1. La época histórica en la que se localiza la acción.
1.2. El tiempo de la acción: día, noche... invierno, verano...
1.3. El espacio: comprobar si se trata de lugares reales o imaginarios, si predomina un determinado tipo de escenario.
1.4. Los personajes: identificar principales y secundarios; analizar los personajes principales, masculinos y femeninos, de acuerdo con sus rasgos físicos, su conducta y su carácter.
1.5. La estructura narrativa: comprobar si responde al esquema clásico: planteamiento, nudo y desenlace.
1.6. El narrador: tipo de narrador y punto de vista.
1.7. Elementos fantásticos:
· Determinar qué elemento sobrenatural o fantástico rompe la “normalidad” de lo real en la leyenda.
· Analizar los recursos que utiliza el autor para crear un ambiente de misterio, miedo o terror.
1.8. Los temas: determinar los que son más importantes en cada relato, y relacionarlos con la temática propia del romanticismo.
2. Actividades globales sobre las Leyendas:
2.1. Los elementos sobrenaturales: ¿qué situaciones fantásticas son las más frecuentes en las Leyendas?
2.2. ¿Qué tiempo histórico predomina en la localización de las Leyendas? ¿Por qué crees que lo ha elegido el autor?
2.3. ¿En qué parte del día transcurre la mayoría de las Leyendas? ¿A qué lo atribuyes?
2.4. ¿Qué imagen de la mujer ofrece Bécquer en estos relatos?
2.5. ¿Cómo son los protagonistas masculinos?
2.6. ¿Qué tipo de paisaje predomina en las Leyendas? Relaciónalo con el concepto de la naturaleza propio del Romanticismo.
2.7. Varias Leyendas narran la violación de un lugar sagrado o prohibido. ¿En cuáles ocurre esto? ¿Cuál es la consecuencia, para el o la protagonista?
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