martes, 1 de abril de 2014

EL CORAZON DELATOR

 
    
    


    Edgar Allan Poe nació en Boston en 1809 y murió en Baltimore el 7 de octubre de 1849.
Entre estas dos fechas transcurrió una vida que estuvo marcada por la miseria y el éxito
por la euforia y la melancolía, por el genio y la desesperación,por la luz que emanaba de
un ser visionario y las tinieblas que desde su origen lo rodearon con su halo de muerte.
 
 
    Enmarcado dentro de la literatura fantástica, este cuento (1843),  es una muestra inconfundible de cómo debe crearse una atmósfera –en este caso asfixiante, alucinógena-, para mostrarnos las oscuras intenciones de las pasiones humanas.

     La tensión y la intensidad se conjugan y exacerban el drama. Hay una aproximación del personaje al crimen perfecto, aunque fracasa cuando la conciencia se hace su voz, conduciendo al lector hacia un viaje al interior de los extremos de la mente del narrador.
      El cuento El Corazón Delator (The tell-tale heart) de Edgar Allan Poe, aparece narrado espectacularmente por el escritor argentino Alberto Laiseca para el ciclo "Cuentos de terror".
  

ANALISIS LITERARIO 

    
     Argumento:  un personaje anónimo –del que no sabemos ni siquiera su nombre-  está  obsesionado por el ojo enfermo del anciano con el que vive y le produce tal repulsión,  que acaba asesinándolo, descuartizándolo y escondiendo el cuerpo debajo de las tablas del piso de la casa. Cuando la policía acude a verificar la denuncia de un vecino, el asesino termina delatándose a sí mismo, pues alucina que el corazón del viejo continúa latiendo bajo las tablas.
 
     En este sentido es importante destacar el carácter premonitorio del título, pues  éste es una pista certera de lo que va a sucederle al protagonista:  será delatado por los latidos del corazón y obligado a confesarle a la policía, el asesinato. 
     Por tanto, el  tema del texto, podría entenderse como esa  delgada línea que separa el equilibrio entre el bien y el mal. Para ello implica al lector en esa reflexión donde introduce  continuas llamadas de atención,  como la que sirve de inicio de la historia: "Es verdad!  He sido nervioso, tremendamente nervioso ..." 
 
    Para conseguir su propósito, el autor  comienza por una reflexión del protagonista, que bien podría entenderse como una confesión. El flash back  del texto sirve para darnos a conocer el móvil que le ha conducido al asesinato.  
  Si bien la voz del protagonista insiste en convencer a los "oyentes" de su cordura, en realidad, la historia demuestra lo contrario desde el momento en que un simple ojo de vidrio es el móvil de los sucesos posteriores: la fría tranquilidad con la que recibe a los policías y, posteriormente, la presencia de un zumbido  que provoca su confesión.
 
    Los personajes son:    
 

     El narrador en primera persona es quien nos va relatando cómo,  inescrupulosa y fríamente planea el asesinato de un inocente anciano. Es un hombre con características persecutorias  con profundos problemas psicológicos, que además necesita la aprobación de los que lo escuchan y trata de justificar su acción.  Está loco, es un asesino y sobre todo es un ser perverso que goza con el pánico causado a su víctima previo a darle muerte.
La elección en este caso de un narrador en primera persona, facilita la comprensión de sus rasgos. Se trata de un narrador poco fiable, pues la historia nos demuestra que sus afirmaciones son falsas.
   En la historia hay 4 personajes secundarios, el viejo y 3 policías.
   Poco sabemos del anciano, excepto “que tiene un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado ... ”.
    Los agentes de policía: visitaron la casa para verificar una denuncia, pero se conformaron con las justificaciones que les dio el asesino.
 
Estructura externa: La historia esta escrita en prosa, es un cuento y no está dividido en capítulos.
 
Estructura interna: El relato está dividido en tres partes: planteamiento, nudo y desenlace.
     En el planteamiento, el protagonista hace una pequeña introducción a la historia en donde intenta demostrar su cordura.  Además, revela el odio que tiene hacia el ojo.  Hay una clara función apelativa.  
 
    En el nudo,  exposición del plan para acabar con el viejo - el crimen-,  y de los hechos posteriores.
    El desenlace es el final predecible. Aparecen los policías y el asesino se entrega porque no puede soportar el ruido que imagina, es el corazón del anciano.   
 
 Ambientación espacio-temporal: La historia esta ambientada en el pasado, ya que los verbos están en pasado. El espacio es minimalista, pues la habitación no aparece descrita, aunque se intuye claustrofóbica e inquietante. La historia comienza además en un lugar no revelado, posiblemente una prisión, aunque nada nos se ha dicho sobre sus características.
 
     El texto tiene momentos de suspenso, especialmente cuando el personaje principal cuenta como espía noche tras noche al viejo, mientras éste duerme.
   
      El protagonista del cuento comienza su narración una vez ya cometido los hechos, como tratando de explicar y excusar sus culpas, intenta convencer y persuadir al lector de que su actuar no es causa de la locura de la que hablan las demás personas, sino que fue un impulso que lo llevó a cometer un gran error, que al momento de ser ejecutado, el protagonista no dimensionó las consecuencias sociales, morales y judiciales que tendría su actuar, puesto que el gran miedo que lo motivó a actuar fue el temor que le producía el ojo de la víctima, ojo que él denominaba el “ojo de buitre”.  
      Pero fue la visita de la policía a su casa que despertó en él un cambio de sentimiento pasando drásticamente de un estado de felicidad a uno conocido por todos “la culpa”. Y fue un sonido ensordecedor  que crecía  cada vez más y de manera escalofriante, ya que dentro del homicida el  sonido representaba la culpa, que no dejaba actuar y pensar al protagonista, sonido que lo llevó a revelar su homicidio. Dicho sonido lo podemos interpretar como la “voz de la conciencia”, o “nuestro propio Pepe grillo”.
 
    En el texto abundan las palabras relacionadas con el campo semántico del horror: loco, enfermedad, sangre, muerte, buitre, maligno, espantado, terror, aullido, cadáver, gemido, etc.
     Para darle más realismo al relato, Poe permite que el lector participe como interlocutor del cuento y hace que su personaje le hable directamente:
"…Pero, ¿por qué insisten ustedes en llamarme loco…"
"…Presten atención! Escuchen y observen cuan tranquilamente puedo contarles toda la historia…"
"…Acaso no les dije que lo que ustedes confunden con locura es tan sólo una mayor sensibilidad de los sentido…"

 


    El lenguaje se ciñe a la perfección a la atmósfera terrorífica, gracias, en parte, al tono hiperbólico. El léxico se carga con palabras relacionadas con el campo semántico del horror: loco, enfermedad, sangre, terror, cadáver. En el texto se reproducen con claridad una condensación de procedimientos lingüísticos que van desde la alternancia de verbos –en pasado, en subjuntivo, perífrasis…-, hasta la precisión de las figuras literarias.  En el caso de los verbos, los que aparecen en pasado muestran –por ejemplo- lo que sucede cuando llega la policía: Cuando la campana del reloj daba las horas, llamaron a la puerta; en cuanto al subjuntivo es evidente que este modo se caracteriza por la subjetividad o la hipótesis, de ahí que sea el más idóneo: “Ustedes suponen que estoy loco. También contribuyen al tono hipotético, el uso de las perífrasis verbales: ¿cómo puedo estar loco?
     La narración  se caracteriza a su vez por una mayor presencia verbal, sobre todo en los momentos de mayor dramatismo: ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer? Lanzaba espumarajos, desvariaba, juraba. Hice girar la silla en la que estuve sentado y la arrastré por el suelo señalando las tablas. Asimismo son muy frecuentes  las gradaciones de los adjetivos o de las acciones: terriblemente nervioso; ¡Deberían haber visto qué atinadamente actúe! Este ritmo acelerado es constante, incluso en el apartado sintáctico: oraciones simples o coordinadas, modalidad interrogativa, frases cortadas por los puntos suspensivos: No tenía ninguna pasión. Yo quería al viejo. Me dolía la cabeza y sentía un zumbido en los oídos (…) ¡Oh Dios! ¿qué podría hacer? Lanzaba espumarajos, desvariaba, juraba. (…) ¡ Se hizo más fuerte… más fuerte… más fuerte…!
    Finalmente el autor prolonga los efectos intensificadores, mediante algunos recursos retóricos:  
 
a) Reiteraciones: paralelismos, anáforas: No había ningún motivo. No tenía ninguna pasión; ¡Con qué precaución, con qué previsión, con qué disimulo fui realizando mi trabajo!
 
b) Hipérboles necesarias para crear la atmósfera deseada: He sido nervioso, tremendamente nervioso; Era un sonido rápido, monótono y ahogado….
 
c) Gradaciones constantes, como ya hemos señalado con anterioridad: lanzaba espumarajos, desvariaba, juraba. La riqueza retórica se completa además con el uso de la sinécdoque (Cada vez que este ojo caía sobre mí;  la perífrasis o circunloquio (desmedida audacia de mi completo triunfo)  los apóstrofes finales (¡Oh, Dios!), etc.
   
Conclusión:  
      Edgar Allan Poe consigue un cuento perfecto, cuya incógnita va despejándose con un ritmo inquietante, típico del género de terror.  Lo excepcional reside en la sutileza  con la que selecciona el narrador en primera persona,  la subsiguiente apelación al lector y, por supuesto,  la forma de abrir y cerrar la historia, de una gran calidad dramática.
     Ese sentimiento de culpa también denominada o conocida como remordimiento, en su cuento el autor pretende mostrar que muchas veces, sino que la mayoría de ellas, los seres humanos nos olvidamos de la “moral”, que se encuentra arraigada en nuestro “ADN cultural”, y nos dejamos llevar por nuestros sentimientos, pasiones, impulsos, instintos  e ímpetus. Como seres humanos el autor quiere evidenciar que poseemos un instinto asesino e impulsivo que enceguece a las personas en el momento de actuar o de dar rienda suelta a los instintos más ocultos y escondidos que dominan nuestra alma.
 
                         Tomado en parte de:  http://elarlequindehielo.obolog.es/comentario-corazon-delator-edgar-allan-poe-1323796
 
  A continuación se agrega una historieta que no es otra cosa que una adaptación del cuento de Edgar Allan Poe El Corazón Delator, realizada por Rodolfo Paulus.
 
 
 
 
ACTIVIDAD

1) ¿Qué puntos de contacto puedes encontrar entre Mary y el protagonista del cuento de Poe?
2) ¿Cómo resuelven ambos personajes su plan para quedar impunes?
3) Elabora un final cerrado para el texto de Roal Dahl, de manera que sea semejante al de Poe.
 

 

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