Un espacio de consulta, sugerencia e interacción entre la docente y los estudiantes de 3º y 4º año de secundaria.
jueves, 22 de mayo de 2014
Lámina del Lazarillo de Tormes
www.slideshare.net/.../lazarillo-de-tormes-2010-lamina-lamina10781575...
domingo, 18 de mayo de 2014
Introduccion al Lazarillo de Tormes
http://www.slideshare.net/pedrojesus1963/lazarillo-de-tormes-16405993#
chimichurris1ba.files.wordpress.com/2010/03/el-lazarillo-de-tormes.ppt
Me duele este niño hambriento
MIGUEL HERNÁNDEZ
y
chimichurris1ba.files.wordpress.com/2010/03/el-lazarillo-de-tormes.ppt
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.(...)
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
viernes, 16 de mayo de 2014
Las moiras
EL HILO DE
LA VIDA. DIOSAS TEJEDORAS EN LA MITOLOGÍA GRIEGA
Olaya
Fernández Guerrero
Universidad
Nacional de Educación a Distancia (La Rioja)
Los mitos –y en
particular los mitos griegos– son respuestas a las cuestiones que han
inquietado desde siempre a los humanos; hablan
de nuestros modos de ser y percibir la realidad. Los
mitos son tópicos, lugares comunes
del pensamiento en los que se hacen patentes arquetipos, símbolos y núcleos
significativos que proporcionan claves muy valiosas para comprender mejor lo
humano.
Desde la
perspectiva del tiempo, la existencia humana se caracteriza por dos notas
fundamentales: la sujeción al dinamismo y al cambio irreversible (somos seres
en devenir), y la precariedad originaria que se deriva de nuestra condición de
seres finitos (somos seres mortales). Para una aproximación a esa temporalidad
es crucial la noción de ‘recorrido’, referida a ese intervalo entre el
nacimiento y la muerte que es el tiempo de la vida concreta por el que nos
deslizamos sin saber de cuánto tiempo disponemos pero con la certeza de que ese
tiempo es limitado.
En la mitología
griega, esta dimensión lineal e irreversible de cada vida humana en concreto
está simbolizada por las tres Moiras, también denominadas Parcas en la
tradición romana, que aluden al tiempo acotado y finito propio de los humanos y
que se contraponen a Cronos, dios que encarna el tiempo cíclico de la
naturaleza por el que se rige el orden cósmico.
Según la primera
versión del mito recogida por Hesíodo en su Teogonía - Trabajos y días. Escudo. Fragmentos. Certamen. Madrid, Gredos, 1978, p. 80 -, las Moiras son hijas de la Noche, y las
define como ‘vengadoras implacables’: Cloto,
Láquesis y Átropo. En otro pasaje posterior de la misma obra, el
autor incurre en una contradicción al afirmar que Zeus se unió a Temis y que
fue ésta quien parió a las Moiras.
Estas hermanas
son tres hilanderas que se encargan de trazar la urdimbre de la existencia
humana. Cada vida en particular es representada por una hebra de lino que sale
de la rueca de Cloto, es medida por la vara de Láquesis y sufre el corte de las
tijeras de Átropo cuando llega la hora de la muerte. Estas hilanderas trabajan
en la oscuridad y ocultas a las miradas ajenas, en un espacio inaccesible a los
humanos, en ese no-lugar y no-tiempo propios de los mitos. Precisamente esa
ubicación en el abismo del no-tiempo −ese tiempo ontológicamente anterior al
tiempo– posibilita que las Moiras tengan entre sus manos, literalmente, el
poder de decidir sobre el tiempo humano y de acotar cada existencia individual.
Asimismo, este mito refleja que el trabajo típicamente femenino de tejer, y el
poder que se deriva de esa labor, permanece condenado a la invisibilidad, es
una tarea realizada ocultamente: las Moiras, en tanto que hijas de la Noche,
permanecen recluidas en el ámbito invisible al que pertenece todo aquello que
no tiene reconocimiento en el orden masculino, que es ilegítimo y clandestino
porque forma parte de una genealogía exclusivamente femenina.
En diversos relatos
de la mitología se establece un estrecho vínculo entre figuras femeninas y
labores de tejido e hilado, o de manejo de los hilos en general (y manejar los
hilos… ¿no es acaso metáfora de poder?). Además, de ser labores típicamente femeninas, tejer e
hilar son metáforas del devenir del tiempo, del desarrollo de acontecimientos. Esa
interpretación del hilo en clave de temporalidad se verá de modo claro en el
análisis de las Moiras, las tres hilanderas mitológicas encargadas de urdir los
destinos humanos.
Átropo es la más
menuda de tamaño, pero a la vez la más
terrible y la que genera más angustia, pues representa la cancelación
definitiva del fluir del hilo de la vida.
A cambio de ese
poder sobre las vidas humanas, las Moiras pagan un alto precio: ellas están
obligadas a tejer los hilos de los destinos de otros pero nunca tejerán el suyo
propio, y aquí reside su drama: no son ni podrán ser nunca hacedoras de su
propio destino. Este mito indica de modo metafórico que la trama de lo
cotidiano −representada por el hilo de la existencia que tejen las Moiras– que
las mujeres confeccionan en el espacio doméstico (el espacio invisible por
excelencia) tiene una influencia determinante sobre los seres humanos, pero la
importancia de esa labor no es reconocida porque se desarrolla de modo oculto.
Las Moiras nos recuerdan que el trabajo femenino, en un sentido simbólico, ha
consistido tradicionalmente en entretejer las vidas y darles trabazón,
garantizando con su callada y constante labor doméstica la base de bienestar
material imprescindible para subsistir y sostener la vida.
El poder de las
Moiras es innegable: urden los hilos por los que se rige el itinerario de la
vida, todas sus acciones influyen en el orden humano ya que estas hilanderas se
ocupan permanentemente de entretejer el hilo de cada existencia con los demás
hilos, combinando y trenzando unos con otros, separándolos después para quizás
no volver a juntarlos nunca más. Ese quehacer textil simboliza los vuelcos del
destino que surgen siempre inesperadamente, y que llevan a Hesíodo a afirmar
que las Moiras «conceden a los hombres mortales el ser felices y desgraciados».
Por medio de este
mito el pensamiento griego toma conciencia de la precariedad humana, «sabe que
su vida está ya decidida por el destino, la Moira. ‘Moira’ en griego significa ‘parte’, es la
parte que nos toca, la porción de buena y mala suerte que corresponde a cada
cual y que a
priori resulta
desconocida. Asimismo, hilar y tejer son
metáforas del devenir temporal, y la hebra que las Moiras confeccionan para
cada humano expresa la singularidad del destino individual. El hilo que
constantemente va tomando forma entre las manos de las Moiras es un trasunto
del fluir ininterrumpido de la vida, y cada una de las tres hilanderas míticas
representa uno de los tres polos de temporalidad de la existencia humana:
pasado, presente y futuro. Cloto, la que hila, es el pasado; esa hebra de
nuestra existencia que se ha ido desplegando,
progresivamente y entrecruzando con otras hebras. Láquesis, la que mide
el hilo o va enroscando el ovillo, es metáfora del presente: la porción de hilo
que llevamos recorrida nos da la medida de lo que somos en el momento actual.
Y las
posibilidades de lo que llegaremos a ser en el futuro vienen dadas por el trozo
de hilo que nos resta; esa porción de hilo siempre está por tejer, y en su
extremo final nos espera Átropo, que alude a la certidumbre de la propia muerte:
las tijeras de esta Moira nos esperan al final del camino, y en este sentido el
poder de Átropo sobre los destinos humanos es absoluto.
jueves, 15 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
GRUPO 3: GIACOYA - BANFI - VIOTTI - ALVEZ - BONI.
Para ver el video deben abrir el siguiente enlace:
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